Breeding Mediterranean blennies
Author: Jose Maria Cid RuizAbstract
This article describes in a pleasant but didactic way, the main keys identified by its author, José Mª Cid Ruiz, about the protocols of formation of couples, maintenance in the aquarium, reproduction and development of larvae of the different species of blennies that inhabit the Mediterranean Sea. Blennies have an anatomy adapted to benthic life and are therefore very suitable species for aquarium maintenance and reproduction. Most species of blennies do not have swim bladders or their functionality is limited. Therefore, the body will “weigh” to swim. Mediterranean species, sizes reached moderate, between 4 and 20 cm. This allows volumes to place them in aquariums very reasonable and inexpensive maintenance. Small species (4-6 cm) like Lipophrys dalmatinus or L. nigriceps can housed reproductive groups of 4-5 individuals in aquariums of 100-150 L. Mean sizes species (8-12 cm) like Parablennius pilicornis or Scartella cristata can be placed in aquariums of 200-250 L. The largest species (15-18 cm) like Parablennius tentacularis , P. gattorugine or Blennius ocellaris require aquariums of 300 L and up. An aquarium for blennies, must be a “labyrinth” with multiple overlapping planes, formed by the decorative rock and flora. “Specimens to meet each other, should have to be sought”. The territories play an important role in the welfare of individuals. The main refuge of each specimen must be sufficiently separated from the rest. If possible, avoid direct eye contact between shelters, which can be played with the plans and elements of the relief. Males shelters located in the center of their territories, are the place where they develop the processes of courtship and spawning. The eggs of many species are semi-spherical, being fixed by the flat face. There has been debate about when it is really the moment of fertilization, since egg morphological studies (Patzner, 1984) using electronic microscopy, have revealed that the egg access hole (micropyle, 2.6 μ) is precisely in the side of adhesion.
Resumen
Este artículo describe de forma amena pero didáctica, las principales claves identificadas por su autor, José Mª Cid Ruiz, para lograr tener éxito en los protocolos de formación de parejas, mantenimiento en acuario, reproducción y desarrollo de larvas de las diferentes especies de blenios que habitan el Mar Mediterráneo. Los blenios tienen una anatomía adaptada a la vida bentónica y, por lo tanto, son especies muy adecuadas para el mantenimiento y la reproducción del acuario. La mayoría de las especies de blenios no tienen vejiga natatoria o su funcionalidad es limitada. Por ello, el cuerpo les “pesa” al nadar. Las especies mediterráneas, alcanzan tamaños moderados, entre 4 y 20 cm. Esto permite mantenerlos en acuarios con volúmenes medios y con un mantenimiento muy razonable y económico. Las especies pequeñas (4-6 cm) como Lipophrys dalmatinus o L. nigriceps pueden alojar grupos reproductivos de 4-5 individuos en acuarios de 100-150 L. Se pueden mantener especies de tamaño medio (8-12 cm) como Parablennius pilicornis o Scartella cristata en acuarios de 200-250 L. Las especies más grandes (15-18 cm) como Parablennius tentacularis, P. gattorugine o Blennius ocellaris requieren acuarios de 300 L en adelante. Un acuario para blenios, debe ser un “laberinto” con múltiples planos superpuestos, formados por la roca decorativa y la flora. Los ejemplares “deben buscarse para encontrarse”. Los territorios juegan un papel importante en el bienestar de los individuos. El refugio principal de cada espécimen debe estar suficientemente separado del resto. Si es posible, conviene evitar el contacto visual directo entre los refugios, para lo cual, se puede jugar con los planos y elementos del relieve. Los refugios de los machos, ubicados en el centro de sus territorios, son el lugar donde se desarrollan los procesos de cortejo y desove. Los huevos de muchas especies son semiesféricos, fijados por la cara plana. Se ha debatido cuándo es realmente el momento de la fertilización, ya que los estudios morfológicos del huevo (Patzner, 1984) usando microscopía electrónica, han revelado que el orificio de acceso al huevo (micropilo, 2.6 μ) está precisamente en el lado de la adhesión.