Conservación vs Acuariofilia
Autor: Jose Maria Cid RuizResumen
La crisis climática con el calentamiento global como prueba de cargo, la degradación del planeta con la extinción acelerada de especies como prueba de cargo y finalmente los mensajes políticos inflados de populismo (populismo = soluciones sencillas pero irreales asociadas a problemas complejos), han dado como resultado a nivel de sociedad, lo que podríamos denominar una creciente consciencia (“el planeta agoniza”) y conciencia (“es nuestra culpa”) medioambiental. Fruto de este estado de agitación, acuarios públicos y privados (no digamos ya los parques zoológicos) son difamados como cárceles para animales por los defensores de los animales (denominados “animalistas”), a menudo esgrimiendo ideas preconcebidas, carentes de argumentos sólidos. La acuariofilia está siendo igualmente difamada y desacreditada con afirmaciones inexactas cuando no falsas. Los que así se expresan, obvian o ignoran el hecho de que más del 90% de los especímenes de agua dulce y quizás más del 35% de los de agua de mar mantenidos en sistemas no naturales tienen su origen en la acuicultura ornamental actual y no son individuos extraídos de la naturaleza.
Abstract
The climate crisis with global warming as proof of charge, the degradation of the planet with the accelerated extinction of species as proof of charge and finally the political messages inflated with populism (populism = simple but unrealistic solutions associated with complex problems), have resulted at the societal level in what we could call a growing environmental awareness («the planet is dying») and consciousness («it’s our fault»). As a result of this state of agitation, public and private aquariums (let alone zoos) are defamed as animal prisons by animal advocates (so-called «animalists»), often wielding preconceived ideas, lacking solid arguments. Aquaristics is also being defamed and discredited with inaccurate if not false statements. Those who express themselves in this way obviate or ignore the fact that more than 90% of freshwater specimens and perhaps more than 35% of seawater specimens kept in non-natural systems have their origin in current ornamental aquaculture and are not individuals taken from the wild.